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viernes, 6 de febrero de 2015

Educar para la excelencia

La educación para la excelencia es tema muy actual en el que las reflexiones que hizo en su día Platón, todavía ahora, pueden sernos de utilidad para hacer una reflexión con cierta profundidad.

Platón, en uno de los diálogos, pone en boca de Sócrates un argumento contra la noción de excelencia que tiene uno de los treintas tiranos, que es su interlocutor en el diálogo.
La excelencia, dice este interlocutor, reside en la fuerza. Es más excelente, es mejor, aquel que es más fuerte. Frente a esta afirmación, Sócrates opone el argumento de que la excelencia para cada cosa consiste en aquello que perfecciona lo que esa cosa es. Así, un caballo es más excelente si es mejor como caballo. Por lo tanto, un hombre es más excelente si es más perfecto con arreglo a su naturaleza.
Lo que caracteriza al ser humano, dice Platón, es su alma. Esto es lo que le distingue de los animales.

El alma tiene tres partes, y la parte que gobierna es la racional. El alma racional debe armonizar el resto y cuanto más perfecta es esta armonía, más excelente es el hombre.
Por otra parte, La armonía de cada uno se refleja en el conjunto de la sociedad, y por ello, un sociedad organizada sobre este concepto es mejor que una sociedad que se fundamente en la fuerza y que está regida por la violencia.

Educar para la excelencia, es pues, educar para alcanzar la armonía interna del ser humano.


Este argumento, traído a la discusión actual sobre la excelencia, puede aportar la idea de que una educación excesivamente especializada es una educación descompensada, falta de armonía. Una educación para la excelencia debe contener competencias específicas sobre una técnica determinada, pero debe tener también una suficiente base humanística para un desarrollo completo, armonioso, de todas las múltiples facetas del ser humano.

miércoles, 4 de febrero de 2015

¿Las creencias nos vuelven ignorantes?

Las creencias en algunas ocasiones lo pueden hacer pero no siempre. Las creencias nos pueden volver ignorantes si solo confiamos en esas creencias y no tenemos la capacidad de abrir nuestra mente a nueva información. Este es el caso de las religiones, que tienen unas creencias muy marcadas y todo lo que se salga de esas creencias ya tiene que ser falso o estar mal.

Puedes creer en cosas, todo el mundo debe creer en algo, no tiene por que ser religiosas, pero no tienes que estar cerrado a nuevas creencias porque puedes aprender nuevas cosas y crear otras creencias que te gusten más o que creas que se acercan más a la realidad.

En definitiva las creencias no nos vuelven ignorantes sino nosotros somos los que nos hacemos ignorantes al rechazar la posibilidad de crear nuevas creencias.

domingo, 1 de febrero de 2015

¿Es posible que la persona que sepa que es lo bueno pueda actuar de otra forma?

Cada persona pueda actuar en cada momento como el quiera, incluso pueda actuar diferente en situaciones similares. No creo que actuar bien con lleve cosas buenas. Por ejemplo tu puedes estar ayudando a otra persona y tu crees que esta bien, pero tu no sabes que va hacer la otra persona con tu ayuda, si lo aprovecha para hacer cosas malas ¿Tu no sabes lo que esta bien aunque hayas actuado bien?

Incluso hay personas que hacen el mal porque saben lo que esta bien. Actúan haciendo el mal por simplemente el mal. Lo que creo es que hay gente que por naturaleza les gusta el mal y incluso sabiendo que es lo bueno hacen lo contraria por que es lo contrario al bien. Por lo tanto todo el mundo sabe lo que esta bien pero es la persona la que decide si hacerlo o no.

Según lo que diría Platón una persona que sabe lo que es justo o bueno no puede actuar de otra forma. Según este criterio las mejores personas, las que son más justas y buenas, son los filósofos que han aprendido estos valores mediante la filosofía, ascendiendo al mundo de las ideas donde se encuentras las esencias y verdades sobre las cosas.

Como consecuencia de que las personas justas y buenas solo pueden actuar de forma justo y buena, según Platón serian las perfectas para gobernar una ciudad.


También se podría consideras que las personas que actúan bien saben lo que es el mal, y actúan de forma contraria a lo que saben y viceversa. Pero esto Platón no lo consideraría porque el piensa que las injusticia o lo malo es falta de lo justo y bueno.

El genio maligno

Hilary Putnam es un filósofo norteamericano contemporáneo que ha presento una versión actualizada de la imagen del genio maligno de Descartes.

Putnam plantea la hipótesis de que nosotros somos en realidad cerebros metidos dentro de cubetas, conectados a un gran ordenador, que nos transmite nuestras percepciones que nosotros entendemos como realidad sin tener porqué serlo.


Tanto Descartes como Putnam, realizan sus hipótesis. El primero lo hace con la demostración de la existencia de Dios, pero el segundo, la rechaza con su teoría causas de la referencia externa, que defiende que aunque yo pueda pensar que soy un cerebro en una cubeta, puesto que no puedo salir de esa supuesta cubeta, en realidad no sabría en ese mundo externo qué es un cerebro en una cubeta y, por tanto, afirmar que estoy dentro de una cubeta es una contradicción en sí misma.