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martes, 18 de agosto de 2015

La moral como síntoma

Nietzsche se cuestiona todos los valores de la cultura occidental vigentes en la época. Para él, la cultura occidental es un fraude, un mundo alternativo, un ultramundo ficticio en el que vivir con seguridad y comodidad. La manera griega de ver el mundo, es interpretada por Nietzsche como un síntoma de decadencia. Es decadente todo aquello que se opone a todos los valores del existir instintivo y biológico del hombre. Se trata de una crítica total a los tres mundos que son inventados por el hombre occidental y que son síntomas de su decadencia: el mundo racional, el mundo religioso y el mundo moral.

Nietzsche critica dos aspectos de la moral tradicional: su dogmatismo y su carácter antivital.

La moral tradicional establece unos valores morales que se suponen objetivos (Platón los sitúa en el mundo de las ideas y el cristianismo en la mente de Dios). Sin embargo Nietzsche sostiene que los valores morales no tienen una existencia objetiva, no son realidades independientes del individuo. Los valores son de las personas y por tanto subjetivos. El dogmatismo moral consiste en olvidar que los valores dependen de noso tros y mantener que tienen una existencia objetiva.

Al considerar que los valores morales son objetivos, la moral tradicional asume que son universales y por lo tanto aplicables a todos los hombres. Sin embargo N. afirma que en realidad los valores se crean y van cambian por lo que son distintos a lo largo del tiempo y en cada cultura.

Nietzsche considera que otro error de la moral tradicional es su “antinaturalidad”, es decir, la negación de lo natural, la negación a la vida. Es una moral de resentimiento en contra de los instintos y el mundo natural. La moral occidental no es más que costumbre, defensa de la sociedad, y supresión de los valores del individuo.

Para Nietzsche existen dos tipos de moral:
Moral de los señores: es la moral de los fuertes. Bueno es todo aquello que eleva al individuo. Crean sus valores sin tener en cuenta lo que hagan o digan los otros. Satisfacen sus deseos y llevan sus pasiones al límite.

Moral de los esclavos: Se correspondería con la moral tradicional, es la de los débiles. La vida es demasiado dura, por eso, sitúan la felicidad en paraísos racionales (Platón) o sobrenaturales (el cristianismo) que pasan por destruir las pasiones. Determinan lo que está bien y lo que está mal.


En la historia de la cultura de occidente se ha producido un constante crecimiento de los valores de los débiles, que han conseguido implantar su criterio carente de energía vital. Según Nietzsche es necesario un cambio para implantar una moral basada en la voluntad creadora de valores, que sólo será posible negando a Dios. No rechaza la moral, sino la moral idealista de los débiles, cristiana y burguesa. No se trata, por tanto de la supresión de la moral, sino de su sustitución por otra fundamentada en la vida, en la voluntad de poder, la cual consiga sanar a la cultura Occidental.

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